Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

jueves, 31 de julio de 2014

Alma Andina


El arroyo es mi padre
Tiene alma cristalina,
y la luna es mi madre
misteriosa y andina.

Yo tengo como hermanos
los fríos pajonales,
las flores de los campos,
las cumbres y los valles.

Las aves, los batracios
que cantan al silente,
astro que va despacio
camino al occidente.

Fotografia: Edwin Guzmán
Los riscos que repiten
ecos adoloridos,
y todo lo que viste
al universo andino.

Mi ponchito me abriga,
me protege del frío,
mis ojotas me guían,
conocen los caminos

Mi hermana es la bruma,
mi hermano es el labriego,
que arando con su yunta
va mascando recuerdos.



CHIPA CUERITO o Torta frita

Ingredientes

2 tazas de harina.
Pizca de sal.
1 huevo.
Cucharadita de aceite, margarina, manteca o grasa. 
Agua.
Aceite para freír o grasa vacuna.

Tiempo de cocción: 45 minutos.
Porciones: 10 torta fritas.

Estas delicias son muy fáciles de hacer y son la compañía perfecta para una tarde de lluvia.
Unir todos los ingredientes, amasar bien y dejar descansar la masa 20 minutos. Dividir en 10 bollitos, aplastarlos, estirar y que queden en forma de plato. Hacer en el centro un agujerito como un ombligo.

Chipa Cuerito . Fotografía:   

Freír en aceite o grasa caliente, la masa se va inflar por la formación de vapor del agua contenida en la masa.

Retirar y escurrir sobre papel absorbente.


Después si el hígado les permite pueden probarlas rociadas con azúcar, con dulce de leche, miel o miel de caña.

Fuente: Recetas Misioneras.


martes, 29 de julio de 2014

Araguyje Ñemokandire - El Calendario Mbya Guaraní

         Suele decirse que para el indio el año se divide en dos estaciones: la del frío, de los días cortos; y la del calor, de los días largos. Esto, en lo que al Mbyá se refiere, no es cierto, porque el léxico de esta parcialidad contiene voces que describen, con la precisión y poesía inseparables de la lengua autóctona, tres estaciones: Invierno, Primavera y Verano.

         Para el Mbyá, el Invierno es Ara Yma, período o época primitiva, originaria. Ara Yma es la época de los días cortos y noches largas y frías; de animales flacos; escasez de frutas; de panales vacíos; de hambre.
         Cuando los dioses consideran que sus hijos los hombres han padecido privaciones suficientes, ponen fin a este estado de cosas, haciendo que vuelva la época de la abundancia. Y el cambio lo efectúan de la manera más sencilla:

         Oguerova Ñande Ru Kuéry (kuéra)
         Ara yma rapyta.

         Nuestros Padres cambian de lugar
         los cimientos del tiempo (época, estación) originario.

         Efectuado el cambio de lugar de las bases del tiempo, Jakaira, el dios de la Primavera, hace circular por todo el universo el fluido vital; florecen las plantas; engordan los animales; se llenan los panales. Ara Yma, el período antiguo, primitivo, se convierte mediante la bondad de Ñande Ru en araguyje pyau -primavera-; época, dicen, en que los mismos dioses se remozan: araguyje pyaupe Ñande Ru Kuéry jepe ikunumimba -en la primavera los mismos dioses se vuelven jóvenes-.

Opy, Opygua a'e Kuñakarai, Tekoa Pindo Potype (Misiones - Argentina) - Enrique Acuña
         Araguyje, generalmente, se traduce por año; araguyje pyau seria, por consiguiente: año nuevo. Sometámoslo a análisis a fin de poder descifrar su verdadero significado.

         Ara, sabemos que significa: época, tiempo-espacio. Según el Tesoro de la Lengua Guaraní de Montoya, Aguyje significa, entre otras cosas, perfección, dando este autor como ejemplos de su empleo los siguientes:

         Ijaguyje yma;
                Está acabada la obra;
         Ijaguyje yma yvaEstá sazonada la fruta.

         Con esta definición de primavera: la época de la perfección, bastante poética, por cierto, podríamos dar por terminadas nuestras investigaciones lingüísticas; pero, he aquí que el Mburuvicha encargado de trasmitir las tradiciones religiosas a los de su tribu emplea, cuando trata con personas de su confianza, la sentencia: Araguyjéramo Kandire, cuando desea subrayar la hermosura, la perfección de esta época del año.

         Kandire es una voz que no encuentro en el Tesoro de la Lengua Guaraní, de Montoya, posiblemente por tratarse de una palabra utilizada en la transmisión, a través de los siglos, de las tradiciones religiosas -tradiciones que había a toda costa que desterrar-. Menester es, por consiguiente, dar un vistazo a los anales religiosos Mbyá-Guaraníes para poder explicar satisfactoriamente el concepto guaraní de primavera.

         Hablan estos anales (como ya lo hemos visto) de una Edad de Oro, la era de Yvy Tenonde, la Primera Tierra, predestinada como la Atlántida de nuestra prehistoria, a desaparecer para siempre bajo las aguas del Diluvio. El habitante de Yvy Tenonde no conocía la muerte tal como nosotros la conocemos: si era virtuoso y cumplía estrictamente con los preceptos de la raza, entonaba los cantos sagrados ejecutando la danza ritual acompañándose con el mbaraka, alcanzaba sin abandonar la tierra el estado de Aguyje -perfección, gracia-. Este estado de Aguyje le hacía merecedor de ingresar en los dominios de los dioses menores: Tupã Mirĩ Amba, sin sufrir la prueba de la muerte. Al que alcanzaba el estado de Aguyje, llamas de sabiduría divina le iluminaban el corazón; fuego divino le brotaba de las manos y las plantas de los pies; su cuerpo se volvía sutilísimo; y se incorporaba a las huestes de los bienaventurados habitantes del Paraíso guaraní en donde él mismo creaba su mansión celeste, imperecedera, indestructible. Este tránsito de lo mortal a lo inmortal, de lo perecedero a lo indestructible, lo describen los Mbyá con la locución: ohupity omarã'eỹ rã -alcanzó su estado de indestructibilidad-; designándolo, en el vocabulario religioso, con la sentencia: oñemokandire; o, simplemente: ikandire, y da una idea aproximada del concepto encerrado en la sentencia, la frase: el despertar a una nueva vida. Es decir, que la diferencia entre ára yma,-la época primitiva, originaria, trocada por la bondad divina en araguyje ñemokandire, la época de la perfección y del despertar a una vida nueva, es solo comparable a la diferencia entre nuestra mísera vida humana en la tierra y la que disfrutan los bienaventurados habitantes del Paraíso.

         Y con esto podemos dar por terminadas estas breves notas, pues Kuaray pukuha jevy -el retorno de los soles largos-, no requiere comentarios.

Fuente: Tradiciones Guaraníes en el Folklore Paraguayo – León Cádogan
Edición preparada por Bartoméu Melia


PAZ


Si tú crees que una sonrisa es más fuerte que un arma,
si tú crees en el calor y fuerza de una mano que saluda, 
si tú crees que lo que une al hombre es más importante que lo que lo divide...

Si tú crees que ser diferente es una riqueza y no un peligro, 
si sabes tratar al prójimo con amor de hermano,
si sabes siempre y por encima de todo buscar la esperanza,
si sabes cantar la felicidad de los otros y la tuya propia,
si sabes escuchar a quien te necesita sin pensar que por ello pierdes el tiempo y le das una sonrisa...

Entonces... LA PAZ se hará PRESENTE.
Niños Mbya Guaraníes (Provincia de Misiones). Fotografía: Una Mision es Posible

NUESTRO SABER – Documental – Pueblo Quechua (2013)

Sinopsis

La preparación de la chicha de jora, se convierte en una actividad de encuentro para las mujeres de la comunidad. Una abuela comparte sus conocimientos, reflexionando sobre el valor de transmitir los saberes y prácticas culturales a las futuras generaciones.
Cortometraje realizado por jóvenes indígenas quechuas de Ayacucho. Una iniciativa de formación audiovisual realizada con el apoyo de CHIRAPAQ, Centro de Culturas Indígenas del Perú, Wapikoni Mobile y OXFAM.

Ficha Técnica

Responsable: Teodosia Gutiérrez Velapatiño
País/Región: Perú/ Ayacucho
Comunidad: Chanen
Idioma Original: Quechua
Género: Documental
Duración: 00:04:30
Año de Producción: 2013
Fuente: Obsidiana TV

lunes, 28 de julio de 2014

MARCHA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE ARGENTINA


Lugar: Buenos Aires

Fecha: Mayo de 2.010


Fotógrafo: Sergio Goya

Charrúas


Los charrúas fueron un conjunto de pueblos amerindios que habitaban en los territorios del actual Uruguay, en las actuales provincias argentinas de Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes y también en el actual Estado Brasileño de Río Grande del Sur.
Las lenguas charrúas son un grupo lingüístico único y separado de otras lenguas indígenas. Con los únicos grupos lingüísticos que tiene algunas características similares es con las lenguas del Chaco y con las lenguas macro-yê del Brasil.

Características
Al momento de la llegada de los españoles, los charrúas dentro del actual territorio uruguayo ocupaban el área al norte y al sur del Río Negro (o Hum) y se acercaban a la costa en el actual departamento de Rocha. En otras partes del territorio había otras tribus,(1) como los
Chanáes, que habitaban en la confluencia del río Negro con el río Uruguay, las costas e islas de este último y las islas del Delta del Paraná en Argentina entre las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Buenos Aires y hasta en la de Corrientes.

Minuanes, que ocupaban la costa de la actual Argentina sobre el río Uruguay y el centro entrerriano en la costa del río Gualeguay. En Uruguay, al Norte de la desembocadura del río Negro.

Yaros, que vivían en la costa oriental del río Uruguay entre los ríos Negro y San Salvador (actuales departamentos de Río Negro y Durazno de Uruguay) y en la zona del bajo Uruguay en la provincia de Entre Ríos en la República Argentina.


Bohanes, que se hallaban en los departamentos de Paysandú y Salto, aunque, algunos mapas jesuíticos los ubican en Entre Ríos.

Guenoas, que estaban en la zona de los departamentos de Tacuarembó, Treinta y Tres y Cerro Largo extendiéndose también por el el río Ibicuy, al sur del Brasil.

Arachanes, que ocupaban los departamentos de Maldonado, Lavalleja, Rocha, Cerro Largo y Treinta y Tres, así como gran parte de la zona sur de Río Grande del Sur en Brasil.

Posteriormente a la fundación de Montevideo, los charrúas se desplazaron hacia el Norte, absorbiendo a yaros, bohanes, guenoas, chanás y minuanes y quedando prácticamente confundidos con ellos, por lo que usualmente se les ha designado a todos estos grupos genéricamente como charrúas.

Existen diversas estimaciones sobre la población de charrúas y etnias relacionadas al momento de la llegada de los españoles. Las mismas varían entre 8.000 (5.000 en Uruguay) y 100.000 personas o más. Los guerreros indígenas que fallecieron en la primera Buenos Aires sumaban 23.000, mientras que los guerreros mocoretáes del Río de La Plata sumaban 18.000 hombres. En 1828, cuando Uruguay se independizó, la población indígena era de 30.000 personas y la de blancos de 70.000. Según algunos estudios históricos, ese número de indígenas y descendientes de éstos en el territorio uruguayo era superior al que había en la época de la conquista. Ello se debe a que el territorio recibió una importante inmigración de guaraníes que habían huido de las misiones jesuíticas destruidas y que se establecieron al norte del río Negro.

Cultura
Los charrúas estaban emparentados con los pámpidos, un grupo de etnias aborígenes que habitaron la llanura Chaco -Pampeana y la Patagonia Extra Andina. Tenían fisiotipos y cultura material similar a las sub-etnias de los puelches o pampas antiguos, de los tehuelches o patagones, de los toba y de los caduveos. Sin embargo, hacia el siglo XV parecen haber recibido importantes influjos culturales del pueblo de los avá o guaraníes. Mucho del léxico actualmente conocido deriva de aportes lexicales del avañe' o guaraní, como son la toponimia y los nombres propios.

Sociedad
Básicamente los charrúas no eran pacíficos; tenían una organización social muy fuerte, organizadas en jefaturas (esto es: gobernadas por un 'cacique', jefe que aunque solía pertenecer a un linaje debía ser electo y consensuado permanentemente por el conjunto), donde los vínculos interpersonales eran muy importantes y conservaban la filiación poligámica.(2)

Charruas en el último aniversario de la Batalla de Salsipuedes
Economía
En el momento de la conquista española su modo de producción era cazador-recolector, aunque rápidamente supieron desarrollar un complejo ecuestre y, con este, una cierta ganadería basada en los bovinos y equinos. Dado el modo de producción (cazador-recolector) era una etnia de "nómadas" -como lo eran casi todos los otros pampidos-, por lo que los únicos vestigios materiales de su civilización son pequeñas vasijas de barro así como parte de sus armas típicas, lanzas, flechas y boleadoras, esta última era uno de los objetos más típicos de la región. Estaban conformadas por dos o tres bolas de piedra, unidas por un trozo de cuero de aproximadamente un metro, en un nudo común. Eran utilizadas para cazar principalmente el ñandú, ave típica de la mayor parte del Cono Sur, similar al avestruz pero de menor tamaño.

Lengua
Existían diversas lenguas charrúas emparentadas entre sí. En cuanto al parentesco de las lenguas charrúas con las de otros grupos lingüísticos de América del Sur existen diferentes teorías. Estas lenguas han sido estudiadas por amerindólogos de la talla de Mauricio Swadesh y Terrence Kaufman. Se han propuesto que podría existir parentesco de las lenguas charrúas con las lenguas arawak (Perea y Alonso, 1937), con las lenguas matacoanas (Ferrario), con las lenguas lule-vilela (Rona, 1964) y las lenguas guaicurú (Suárez, 1974).(3) (4).

Los charrúas opusieron tenaz resistencia a la colonización española, siendo el primer episodio conocido la muerte de Juan Díaz de Solís durante su descubrimiento del Río de la Plata, aunque, según los cronistas españoles, Solís padeció ante una "tribu antropófaga". Dado que la antropofagia es prácticamente desconocida en la etnia charrúa, los historiadores suponen que la muerte de Solís puede haberse debido a un grupo de linaje amazónico que se encontraba en ese entonces merodeando las riberas platenses, sin embargo tradicionalmente se ha atribuido a los charrúas este hecho.

El cronista de la expedición del adelantado Pedro de Mendoza, Ulrico Schmidl, describió a los charrúas en su obra "Viaje al Río de la Plata" llamándolos zechuruass:

Así pues, con el favor de Dios llegamos al Río de la Plata el año 1535. Allí nos encontramos con un pueblo de indios llamados zechuruass que constaba como de unos 2.000 hombres, y que no tenían más de comer que pescado y carne. Estos al llegar nosotros, habían abandonado el pueblo huyendo con mujeres e hijos, de suerte que no pudimos dar con ellos. Esta nación de indios se anda en cueros vivos, mientras que sus mujeres se tapan las vergüenzas con un paño de algodón que les cubre desde el ombligo hasta la rodilla.

A mediados del siglo XVIII fueron fuertemente diezmados en la campaña punitiva llevada a cabo por José de Andonaegui. En 1702 se enfrentaron a 2.000 guaraníes en la batalla del Yi siendo vencidos, (5) sufriendo 300 muertes y 500 prisioneros, mayoría mujeres y niños. Los charrúas tenían solo 200 guerreros con los que hacerles frente. (6) (7) En los años siguientes unos 4.000 guaraníes de las misiones jesuitas se pusieron bajo el dominio de los españoles para atacar a los charrúas.(5).

En 1715 la expedición del teniente García de Piedrabuena menciona que encontró sobre el arroyo Calá en Entre Ríos, 25 toldos de yaros y bohanes. En noviembre de 1749 el teniente de gobernador de la ciudad de Santa Fe, Francisco Antonio de Vera Mujica aprehendió 339 charrúas que habían escapado del territorio uruguayo, entre ellos los caciques Maigualen, Gleubilbe y Dóienalnaegc, que fueron trasladados a las cercanías del río Salado en Santa Fe, dando origen al pueblo de "Nuestra Señora de la Concepción de Cayastá" fundado el 17 de septiembre de 1750 en el lugar donde estuvo situada la primitiva ciudad de Santa Fe (Santa Fe de Luyando) y la efímera reducción de "San Francisco Javier de los mocovíes" en 1743. Otra expedición de Vera Mujica en Enero de 1752 sobre la provincia de Entre Ríos, tomó prisioneros a 53 charrúas que fueron repartidos entre los expedicionarios para su servidumbre. La reducción de Nuestra Señora de la Concepción de Cayastá desapareció hacia 1820.

En las sucesivas campañas de los gobernadores de Buenos Aires para "civilizar" a la Banda Oriental se produjeron combates con los indígenas. Las expediciones de Juan Ortiz de Zárate, Juan de Garay y Hernandarias se batieron sucesivamente con indígenas, provocando cientos de muertos. Las fundaciones de Colonia del Sacramento y de Montevideo también fueron motivo de conflicto con los indígenas, ahondando la mortandad. La Guerra Guaranítica, entre 1754 y 1756, donde españoles y portugueses se unieron para combatir al "infiel", tuvo efectos devastadores. Incluso hacia finales del siglo XVIII, los Blandengues españoles iniciaron una campaña denominada como "guerra charrúa", donde participó el entonces sargento mayor José Artigas. El 4 de octubre de 1800 el virrey Avilés envió al capitán Jorge Pacheco a expedicionar contra los charrúas ubicados en el noroeste del actual Uruguay. Pacheco realizó 3 expediciones y fundó Belén el 16 de junio de 1801.

Pocos años después, muchos indígenas pelearían en los ejércitos independentistas de Artigas, Juan Antonio Lavalleja, Manuel Oribe y Fructuoso Rivera. Además de las acciones bélicas, las enfermedades europeas como la gripe, la viruela y la sífilis diezmaron durante siglos a poblaciones indefensas.(8).

La matanza de Salsipuedes
El 11 de abril de 1831, en Puntas del Queguay, se dio a lugar la matanza conocida como Matanza de Salsipuedes. A orillas del arroyo Salsipuedes, entre Tacuarembó y Río Negro, tenía su cuartel general el presidente Fructuoso Rivera. Rivera convocó a los principales caciques charrúas, llamados Polidoro, Rondeau, Brown, Juan Pedro y Venado, junto con todas sus tribus, a una reunión diciéndoles que el Ejército los necesitaba para cuidar las fronteras del Estado. Según los relatos, agasajados y emborrachados, fueron atacados por una tropa de 1.200 hombres al mando de Bernabé Rivera. Se dice que el propio Rivera dio la señal de iniciar el ataque, haciendo fuego sobre el cacique Venado, tras pedirle que le entregara su cuchillo para picar tabaco.


El saldo según la historiografía oficial fue de 40 indios muertos y 300 prisioneros, de los cuales algunos lograron huir siendo perseguidos por Bernabé Rivera. Entre las tropas hubo 9 heridos y un muerto.

La persecución de los charrúas no se agotó en la matanza de Salsipuedes. Bernabé Rivera, en particular, tuvo un especial empeño en encontrar y exterminar a los que lograron escapar. El 17 de agosto de 1831 sorprendió en Mataojo, cerca de la desembocadura del Río Arapey, a un grupo de charrúas comandado por los caciques El Adivino y Juan Pedro, a los que atacó saldándose el episodio con 15 muertos y más de 80 prisioneros. Informó que habían conseguido escapar 18 hombres, entre ellos, el cacique Polidoro, único cacique sobreviviente. El 16 de junio de 1832 localizó a un grupo de charrúas en una hondonada llamada Yacaré-Cururú. En una emboscada, los charrúas mataron a Bernabé, a dos oficiales y a nueve soldados.

De acuerdo con el profesor Lincoln Maiztegui Casas, "la desaparición de los charrúas fue un proceso paulatino que llevó más de 200 años y que se generó a partir de la ocupación del territorio por europeos". Según Maiztegui, los guaraníes se adaptaron y los charrúas no y, por ello, fueron gradualmente extinguiéndose. Miles murieron, otros miles huyeron al noroeste a Brasil, otros miles se quedaron esclavizados y al mestizarse con los blancos perdieron su cultura. La principal justificación de la élite criolla era el supuesto intento de "civilizar" a los indios, "mejorar" la raza uruguaya y evitar el abigeato. El país tenía un importante número de ganado vacuno y equino constantemente amenazado de robo por parte de los indígenas. A fines del siglo XIX quedaban poco más de 1.000 charruas "puros" en Uruguay.

Actualmente se calcula que en Uruguay, Brasil y Argentina hay entre 160.000 y 300.000 descendientes de charrúas, todos ellos mestizos. Un grupo de ellos lleva adelante un proceso de recuperación de su identidad indígena, especialmente en Entre Ríos, donde se han restablecido seis comunidades charrúas.

Origen del nombre Charrúa
Tras el vocablo "Charrúa" se han postulado diferentes versiones de su origen, la mayoría de ellos despectivos: “los arrebatados”, “los destructores”, “los jaguares”, “los mutilados” y otros un poco más románticos como “los acuáticos” o “los pintados”. Lo cierto es que epítetos no faltaron por parte de los extranjeros, respecto a cómo identificarlos. Sin embargo, nada se sabe aún respecto a cómo se autodenominaban los integrantes de esta familia nativa.

El antropólogo Daniel Vidart realizó, en 2001, un análisis etimológico del término "Charrúa", del que hasta ese momento no se conocía su origen. Según Vidart, "charrúa" es una palabra del gallego, que designa unas máscaras de madera usadas como disfraz. El origen de estas máscaras se remontaría a la prehistoria, probablemente para ser usadas en fiestas populares, como el carnaval. Quienes usaban en Galicia estas máscaras llamadas charrúas, se disfrazaban y pintaban de manera llamativa, mientras gesticulaban con cierta agresividad. Tanto Vidart como Renzo Pi Hugarte han sostenido una postura con la que procuraron darle su verdadera dimensión a los charrúas en la antigua Banda Oriental.

La colorida vestimenta de los indígenas que los europeos invadieron en las costas del Río de la Plata, así como su rostros pintados a modo de máscaras junto a extraños gestos, rememoraron en los navegantes españoles a aquellos gallegos que se disfrazaban en sus fiestas con sus máscaras denominadas charrúas. En poco tiempo el término se popularizó y fue adoptado de ahí en más hasta nuestros días.

El primer documento que aparece identificando a la nación Charrúa son los escritos del expedicionario andaluz Diego García de Moguer que, en 1527, les llamó "Charruases". Luego, en 1536, Ulrico Schmidl, militar alemán integrante de la expedición de Pedro de Mendoza, los llamó "Zechuruass". La tercera mención fue la del sacerdote español de origen extremeño, Martín del Barco Centenera, que en los apuntes que realizó en 1573 para su futuro poema épico "La Argentina o La conquista del Río de la Plata" publicado en 1602 utilizó el nombre "Charruaes", similar al que conocemos hoy.

Organizaciones
La Asociación de Descendientes de la Nación Charrúa (Adench) se creó en la ciudad de Trinidad (Uruguay) en 1989 con el objetivo de rescatar, conservar y difundir la temática indígena en Uruguay.

En 1993 la Institución colaboró con la Universidad de la República, permitiendo la toma de muestras de sangre de sus integrantes para la investigación de marcadores serológicos, lo que arrojó un resultado de un 13% de aporte indígena dentro de su masa social.
La encuesta de hogares 2006 del Instituto Nacional de Estadística, en el que 115.118 personas se identifican con ascendencia indígena, un 4,5% de la población.

El parlamento uruguayo tiene a consideración un proyecto de ley que declara el 11 de abril como el “Día de la Resistencia de la Nación Charrúa y de la Identidad Indígena”. Según la exposición de motivos, el 11 de abril de 1831 se habría producido el “Genocidio del Pueblo Charrúa”.(9)
Autores como Renzo Pi Hugarte y Daniel Vidart han criticado a algunos de los activistas de los charrúas, acusándolos de falsear la verdad histórica. Vidart los calificó de "indiófilos criollos", en tanto que Pi Hugarte los catalogó de "charrumaníacos".(10) (11).

Supervivencias culturales
En el año 2002 los restos del jefe Vaimaca Pirú fueron repatriados desde Francia y recibieron sepultura en el Panteón Nacional del Uruguay, en un gesto que ha motivado protestas de grupos que buscan honrar la memoria de los primeros habitantes del lugar. En particular, debe mencionarse que existen numerosos descendientes de aquella nación. Se concentran, sobre todo, en la ciudad de Guichón, cercana a la zona dónde se perpetró la matanza.

En las costas del Paraná medio, en territorios de la provincia argentina de Santa Fe habitaban los calchines (no confundir por paronomasia con "calchaquíes"), pequeña parcialidad que se considera era de etnia charrúa, aunque probablemente mestizada con otro pueblo afín, el de los ya mencionados chanás.

Asimismo, en la Provincia de Entre Ríos en la Argentina, existen grupos de descendientes de charrúas mestizados que se encuentran en proceso de recuperación cultural. Se creó la Coordinadora de Comunidades Charrúas de Entre Ríos (Codecha) con el apoyo de seis comunidades urbanas charrúas ubicadas en  Villaguay (Comunidad charrúa del Pueblo Jaguar), Paraná (Onkaiujmar), Maciá (Comunidad Gue Guidai Bera), Concordia (Salto Chico), Federal (Comunidad Charrúa) y Sauce de Luna (Comunidad Sauce). (12).

Un pequeño grupo no organizado de descendientes charrúas se halla en la Provincia del Chaco, en donde sus ancestros se refugiaron luego de la Rebelión Jordanista.

Charrua . Foto: Nicolás Soto Nuñez
La Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) 2004-2005, complementaria del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, dio como resultado que se reconocen y/o descienden en primera generación del pueblo charrúa 676 personas en la Provincia de Entre Ríos. De los cuales ninguno reside en comunidades indígenas. En todo el país se autorreconocieron 4.511 charrúas, ninguno viviendo en comunidades.(13).

Bibliografía
Abella, Gonzalo (2010). Reconstruyendo nuestra raíz charrúa. Montevideo: Betum San.
Vidart, Daniel (1996). El mundo de los charrúas. Montevideo: Banda Oriental.
Referencias
(1)Es común que se use la palabra "tribu" para toda población que desde un etnocentrismo europeo haya sido considerada "salvaje" o "primitiva" e incluso, se llama "tribu" a sociedades estatales urbanas muy complejas como las de los mayas, aztecas, quechuas, chibchas, etc. En antropología se prefiere hablar de etnias, sean o no europeas.
(2)Es común que se use para todos los "indios" la palabra arawak taina "cacique", pero esta es una generalización incorrecta (lo mismo que la palabra "indios"); con "cacique" se suele mezclar a muy diferentes modos de gobierno entre los aborígenes americanos, en el caso de los charrúas (como en otros pampidos, etc.) la palabra correspondiente en antropología es de jefatura con jefes semihereditarios.
(3)Las primeras tres propuestas son discutidas por Longacre (1968: 353–4), que encuentra como más convincentes las propuestas de Ferrario a favor de la conexión con las lenguas matacoanas, citado por Censabella (1999: 61).
(4)Sušnik (1978: 94) parece decantarse a favor del parentesco con el grupo guaicurú.
(5)  Uruguay Tierra Guaraní.
(6) LOS CHARRUAS, ETNOCIDIO.
(7)"D u r a z n o".
(8) El Observador: Peso de los charrúas en la sociedad, sin asidero científico.
(9) Proyecto de Ley: Día de la resistencia de la Nación Charrúa y de la Identidad Indígena
(10) Renzo Pi, los charrúas y nosotros
(11)Salsa charrúa - El informante, Leonardo Haberkorn, 4 de mayo de 2009
(12)Indymedia: Entre Ríos: La Convención reconoció por unanimidad los derechos de los pueblos indígenas
(13)INDEC. Censo 2001 - Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas.


Fuente: Wikipedia, La Enciclopedia Libre.

La Tierra es sagrada para mi Pueblo

"Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante mata  de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los  obscuros bosques y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y  al paso de mi pueblo, La sabia que circula por las venas de los árboles  lleva consigo las memorias de los pieles roja muertos.
El hombre blanco olvida su país de origen cuando emprende sus paseos entre  las estrellas; en cambio nuestros muertos nunca pueden olvidar esta  bondadosa tierra, puesto que es la madre de los pieles rojas. Somos parte de  la tierra y así mismo ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son  nuestras hermanas; el venado, el caballo, la gran águila; estos son nuestros  hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del  caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia."

Fragmento de la Carta del Jefe Seattle de la Tribu de los Swamish (Año 1.854)

GRATITUD…

A…

… los que tienden la mano para ayudar, los que intentan comprender, los que anhelan compartir… 

… los que para dar su opinión no necesitan subirse a ningún podio, los que se hacen tiempo para escuchar y los que saben que siempre hay algo por aprender… 

… los que tratan de pulir y de borrar sus mezquindades y no simplemente de ocultarlas… 

… los buenos amigos y el culto a la amistad... 

… los que llenan las noches de filosofía, los que riegan los caminos hacia la utopía con batallas épicas y los que a cada historia de amor la cargan de locuras… 

… los que disfrutan del sol y de la luna, del cielo abierto y de la noche cerrada, de escalar la montaña y de zambullirse en el mar… 

… los que pueden eludir la costra y ver la esencia, los que pueden gozar de la poesía que tiene este mundo maravilloso… 

… los que no abandonan sus principios ni sus raíces, pero que no se cierran a los cambios ni renuncian a intentar volar...

 … los que sueñan despiertos, sobre todo si sueñan mejorar el mundo que los rodea, y benditos los que del sueño saltan a la acción… 

… los que leen lo que otros escriben, los que escuchan atentamente a quienes tienen necesidad de hablar y los que pierden, a conciencia, para que gane un ser querido…

 … los que odian el egoísmo, el dolor, y la apatía ante la injusticia…

MBYA GUARANÍ KYRYNGUEKUÉRY - FOTO: PABLO MARTIN LONGO LAPORTE
QUE SEAN SIEMPRE ILUMINADOS… 

… los que creen que nunca se llega al ideal pero luchan con pasión infatigable por sus ideales… 

… los que entienden que el amanecer en la playa, el pan recién horneado, la música y las caricias son partes de una fiesta que merecemos todos… 

… los que piden perdón, los que dicen gracias y los que no se olvidan de decir por favor… 

… los que aspiran a que el mundo tenga lugar suficiente tanto para la hormiga laboriosa como para la cigarra, con su tan necesario arte… 

… los que quieren abolir las quejas, los que quieren que asciendan mucho los de abajo y desciendan un poco los de arriba, benditos los que quieren que la muerte muera…

 … los que no subsisten sollozando, mientras esperan el milagro, sino que se proponen forjar algo milagroso…

 … los que se arriesgan por las causas perdidas, por conquistar corazones y por el bien de los amigos… 

… los que se arriesgan a mostrar sus sentimientos... 

… los que aman la vida… 

A Todos los Guerreros de la Vida


Fuente: Centro Fénix