Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

sábado, 28 de abril de 2012

Leyenda de la Flor del Amancay

Los originarios Vuriloches habitaban la zona de Ten-Ten Mahuida (Cerro Tronador), desde la naciente del río Manso hasta el Lago Mascardi. 

El cacique principal tenía un hijo de nombre Quintral, quien cazaba y pescaba en la orilla del río. Cierto día se sintió observado por una joven india que se había enamorado profundamente de él, pero ella era de origen muy humilde, por lo que el joven y valiente hijo del jefe no quería alentar a la bella india de nombre Amancay, por temor a enfrentarse con sus padres que no iban a aceptar tal unión.
 
El tiempo fue pasando, hasta que un día el joven Quintral enfermó gravemente debido a una epidemia que comenzó a diezmar la tribu; algunos comenzaron a irse de Co-Cari (Lago Mascardi). 


Cuando ya quedaban muy pocos en el valle y no había solución posible, la fiebre hacia delirar al joven quien llamaba a su amada, por lo que los padres decidieron buscar a la enamorada para hacerle partícipe de tanto dolor y pedirle disculpas por su necia actitud.

Tan desesperada estaba Amancay que corrió en procura de una Machi, y ésta le confió que la única forma de salvar al joven indio era la preparación de una infusión con una flor que crecía en la cumbre del Ten-Ten Mahuida. Así, la decidida india empezó a trepar a sabiendas de lo peligroso que era tal hazaña, pero su gran amor por Quintral la impulsaba. 

Llegó a la cúspide y tomó la flor. Tan contenta y feliz estaba que no vio la gran figura del rey de las alturas, el Cóndor, quien le dijo que la flor sólo podía ser entregada a cambio de un corazón, y ese fue el trato que le propuso ya que él era el elegido guardián. La joven sin dudar aceptó el trato con tal de salvar a su bien amado. Entonces el Cóndor entregó la flor y entre sus patas llevó con dificultad el pequeño corazón a sus dominios, mientras las rojas gotas de sangre fueron tiñendo el camino.
  
De esta forma dispuso que en esos senderos regados con la sangre de Amancay fuera floreciendo una hermosa flor amarillo-naranja, bella como su origen y con unas gotas rojas que se fueron desparramando a través de todo el valle y las montañas, pregonando así el mensaje de amor. Por eso se dice hoy en día, que quién regala la flor del Amancay te entrega su corazón.

sábado, 21 de abril de 2012

Los 4 Acuerdos de la Sabiduría Tolteca

1. No supongas ni asumas nada
No des nada por supuesto.

Si tienes duda, aclárala.
Si sospechas, pregunta.
Suponer te hace inventar historias increíbles
que sólo envenenan tu alma y que no tienen fundamento.


2. Honra tus palabras
Lo que sale de tu boca es lo que eres tú.
Si no honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo;
si no te honras a ti mismo, no te amas.
Honrar tus palabras es honrarte a ti mismo,
es ser coherente con lo que piensas y con lo que haces.
Eres auténtico y te hace respetable ante los demás y ante ti mismo.


3. Haz siempre lo mejor que puedas
Si siempre haces lo mejor que puedas,
nunca podrás recriminarte nada o arrepentirte de nada.


4. No te tomes nada personal
Ni la peor ofensa.
Ni el peor desaire.
Ni la más grave herida.


sábado, 14 de abril de 2012

Artículo 75 Inciso 17 Constitución Nacional Argentina

Aprobado el inciso 17 del artículo 75 en el Paraninfo de la Universidad Nacional de Santa Fe el día Jueves 11 de Agosto de 1994. 
El texto completo enuncia lo siguiente:

Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.

Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible, ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afectan. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones.

Comparto  las palabras de la Convención Nacional Constituyente del 11 de agosto de 1994, en la que se aprobó la modificación del Artículo 67, inciso 15 de la Constitución Nacional, sobre los derechos indígenas. El texto aprobado en esta histórica sesión es hoy el artículo 75, inciso 17, del texto constitucional aprobado en 1994.

En un video de ese día histórico un representante Wichí, de Salta, dice:

—Yo sé que esto nosotros no nos imaginamos de que hubiéramos llegado hasta este punto ¿no? Es muy difícil, es muy larga la espera, y en este momento lo vamos a seguir esperando. A veces vemos que está atrancada la cosa, pero estamos aquí y vamos a seguir estando hasta que se apruebe y hasta que se dé función a lo que nosotros pedimos.

En la noche del jueves 11 de agosto la Convención Nacional Constituyente, según el orden del día en el número 10, procedió a tratar el tema de los derechos indígenas.

Convencional Carlos “Chacho” Álvarez: —Sr. Presidente: nosotros creemos que ha sido un hecho muy importante que todos los bloques nos hayamos puesto de acuerdo en un tema tan trascendente y que tiene que ver con la reivindicación de derechos muy poco respetados en nuestro país. Por eso, porque producimos un hecho político fuerte, importante, se retiraron los despachos de minorías. Hay una voluntad política muy fuerte en esta convención: votemos.
Convencional Maeder, de Acción Chaqueña, Chaco:—Este despacho leámoslo por el despacho único y votémoslos por aclamación, por unanimidad, que es lo que quieren estas poblaciones postergadas de Argentina.

Convencional Stefan, del Movimiento Popular Jujuño, Jujuy: —Adherimos al temperamento de la mayoría, por entender, Sr. Presidente, queel dictamen unificado de alguna manera conforma los intereses generales que se han planteado sobre este tema.Adherimos fervientemente al reconocimiento que se hace en el despacho unánime y solicitamos el tratamiento que se ha insinuado.

Convencional Varesse, de Cruzada Renovadora, San Juan: —Desde cruzada, Sr., apoyamos con suficiente sentimiento este tipo de reconocimiento de derecho e identidad de las comunidades aborígenes que pertenecen a nuestro pasado.

Convencional Elba Roulet, en nombre de la Comisión: —Sr. presidente, Sres. Convencionales, considero un honor poder transmitir este consenso, esta unanimidad conseguida en la aprobación de este texto en el cual trabajé con tanto amor. Se trata de la modificación al artículo 67 –que corresponde al Congreso–, inciso 15: "Reconocer la preexistencia étnica y cultura de los pueblos indígenas argentinos; garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades; la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano, ninguna de ellas será enajenable, trasmisible ni susceptible de gravámenes o embargos; asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones.

Se pone a votación el texto constitucional propuesto. Queda aprobado por unanimidad.

La Secretaría de la Convención: —Por secretaría se van a expresar las comunidades aquí representadas. Les pido a los indígenas que nos acompañan: Pilagá, de la provincia de Formosa; Wichí, de las provincias de Formosa, Salta y el Chaco; Toba, de las provincias de Formosa, Salta, Chaco y Santa Fe; Mocoví, de las provincias de Chaco y Santa Fe; Guaraní, de las provincias de Misiones, Salta y Jujuy; Kolla, de las provincias de Jujuy y Salta; Calchaquí, de las provincias de Salta, Tucumán y Catamarca; Huarpe, de la provincia de San Juan; Chané, Tapiete y Chorote, de la provincia de Salta; Mapuche, de Neuquén, Río Ngro, La Pampa y Chubut; Tehuelche, de Chubut y Santa Cruz; Ona, de la provincia de Tierra del Fuego.

Un indígena, desde los palcos altos, eleva los brazos para saludar y agradece repetidamente. No se escuchan todas sus palabras, sólo su:

— Gracias, Gracias.

Sigue el relator del video:

—El texto que reforma el antiguo artículo 67 inciso 15, ahora en la nueva Constitución lleva el número 75 inciso 17, y se reconoce a los pueblos indígenas como preexistentes, con los derechos que le corresponden.

Nada fue regalado, y aún corrían muchas lágrimas por rostros indígenas. Los abrazos emocionados se multiplicaron entre los paisanos y los convencionales; en los rostros se leía la emoción del momento.

Gloria Pérez, guaraní, expresa sus sentimientos, en palabras que mezclan el castellano con el idioma de su pueblo:

—Estoy bien emocionada, por fin nos han tenido en cuenta, que también existimos, que somos parte de la Argentina, que realmente estábamos marginados, pero también (...) estoy emocionada –yo quiero que me perdonen–, pero voy bien satisfecha y contenta (...), han pasado 500 años, pero no era posible de que volvieran a pasar otros 500 años más. Gracias (...) la tierra de nuestra madre (...).

Otra representante indígena –Ilihue Quiroga, del pueblo Huarpe– habla también, su idioma con el castellano:

—Mucha emoción (...), hermano, yo quiero lo mismo que quieren ustedes. Yo quiero la paz de mi pueblo, y yo quiero que de una vez por todas se reconozca realmente al aborigen como ser pensante.


Enlace de ese día histórico:


http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD9/contenidos/documentos/doc10/indexw.html

viernes, 6 de abril de 2012

El Mate…herencia Guaranítica.

El conocimiento de la yerba mate se remonta a los albores de la cultura guaranítica. Era un alimento básico de los guaraníes, que la usaban como bebida, sorbiéndola de calabacillas mediante bombillas hechas de  cañas o también mascándola durante sus largas marchas. La yerba tenía en la cultura guaraní un rol social más allá del fin meramente nutritivo, pues era objeto de culto y ritual, a la vez que moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánicos: los incas, los charrúas y aún los araucanos a través de los pampas, recibían yerba elaborada de manos de los guaraníes. Caá en guaraní significa yerba, pero también significa planta y selva. Para el guaraní, el árbol de la yerba es el árbol por excelencia, un regalo de los Dioses. Tomar la savia de sus hojas era para ellos beber la selva misma.


 Los conquistadores españoles y los jesuitas

De los guaraníes, los conquistadores aprendieron su uso y las virtudes que posee,  e hicieron que su consumo se difundiera en forma extraordinaria al punto de organizarse un intenso tráfico desde su zona de origen a todo el Virreinato del Río de la Plata.
Más tarde los jesuitas introdujeron el cultivo en algunas reducciones. Sus misiones estaban distribuidas en la región que constituyen la provincia de Misiones, Norte de Corrientes y Sur de Paraguay y Sudoeste brasileño, a fin de evitar las grandes distancias que los separaban de los lugares de producción. Ellos habían develado el secreto de la misteriosa germinación de las semillas de yerba, descubriendo que sólamente germinan aquellas semillas que han pasado por el sistema digestivo de los tucanes. Pero en su expulsión, ocurrida en 1769, se llevaron con ellos el secreto, sobreviniendo el abandono de las plantaciones y perdiéndose la tradición del cultivo. Aunque los jesuitas preferían tomar mate cocido en lugar de mate, fueron los grandes responsables de que la yerba fuera conocida en el mundo civilizado, en donde llegó a fuera conocida en el mundo civilizado, en donde llegó a conocérla como el “té de los jesuitas”.

Bonpland y la Ilex Paraguarienses

Más de medio siglo después, el famoso naturalista francés Aimé Bonpland inició los primeros estudios científicos sobre la planta de la yerba mate, su cultivo y sus usos. Dos años más tarde, en París el botánico Saint Hilaire clasificó a la yerba como Ilex Paraguarensis.


Fue Bonpland quien redescubrió el secreto de la germinación, pero éste volvió a perderse con la extinción del botánico. Recién hacia 1903  en Santa Ana -Misiones- se vuelve a descubrir que sólo germinan aquellas semillas que han pasado por el sistema digestivo de ciertas aves y se realiza la primera plantación moderna de yerba mate.

Hasta entonces y aún por muchos años, la yerba que se consumía provenía de la selva, de plantas silvestres que crecían en manchones con gran densidad de árboles, llamadas islas. La explotación irracional, en la que la tala de los árboles fue moneda corriente por siglos, terminó insumiendo por completo el recurso que parecía inagotable. Sólo con las plantaciones racionales, los cultivos de yerba volvieron a hallar su lugar en la historia.


 El cultivo de yerba en la actualidad

A pesar de los innumerables intentos y al paso de los siglos, la yerba mate siempre se resistió a crecer fuera del perímetro que antiguamente fuera y es habitado por los guaraníes.


Nació en América del Sur y sigue siendo una planta bien americana, pero no de cualquier parte del continente.  El área de distribución de la yerba mate se restringe al Noreste de Corrientes, Misiones, Paraguay y Sur de Brasil. Allí la temperatura, humedad y tierras se conjugan para lograr las condiciones ideales para su desarrollo. Por más que se ha intentado cultivarla en zonas similares de América del Norte, Asia y África, los ensayos han fracasado, y así es como la yerba mate se conservó como un tesoro exclusivo de invalorable importancia para estas regiones.

El mate, una buena costumbre

Cuándo descubrieron los guaraníes las virtudes de la yerba y cómo desarrollaron la mejor forma de disfrutarla, es algo que permanece en el oscuro pasado prehistórico. Sabemos, sin embargo, que los españoles adoptaron instantáneamente la costumbre indígena y los criollos la convirtieron en fruto de pasión e identidad. Desde la elaboración de la yerba hasta la forma de consumo, la costumbre del mate ha permanecido intitleerada desde tiempos remotos y por cinco siglos de historia, arraigándose cada vez más en los usos del sur de Sudamérica y aún extendiéndose a lugares muy lejanos. En la Argentina es la bebida más consumida después del agua de la canilla, sin distinción de clases sociales ni edades.

Fuente: Lasmarias.com.ar

Mate confeccionado por Guaraníes en Misiones - Argentina